Seguro de impago de alquiler para estudiantes: ¿merece la pena para el propietario?

Alquilar una propiedad es una inversión significativa, y como propietario, es natural que busques la máxima seguridad y tranquilidad. Cuando se trata de arrendar a estudiantes, a menudo surgen ciertas dudas y preocupaciones: ¿Serán responsables? ¿Pagarán a tiempo? ¿Cuidarán la propiedad? Estas inquietudes son comprensibles y han llevado a muchos propietarios a considerar opciones como el seguro de impago de alquiler. Pero, ¿es realmente la solución definitiva para los propietarios que alquilan a estudiantes? En BeRoomie, entendemos tanto las expectativas de los inquilinos como las necesidades de los propietarios, y queremos ofrecerte una perspectiva clara para que tomes la mejor decisión.

¿Qué es el seguro de impago de alquiler y cómo funciona?

El seguro de impago de alquiler es una póliza diseñada para proteger a los propietarios frente a los posibles incumplimientos de pago por parte de sus inquilinos. En esencia, actúa como una garantía que cubre las rentas no pagadas y, en muchos casos, los gastos legales asociados a un proceso de desahucio. Su funcionamiento es relativamente sencillo, aunque implica un proceso de selección:

• Evaluación del inquilino: Antes de emitir la póliza, la aseguradora realiza un estudio de solvencia del inquilino. Esto implica verificar sus ingresos, historial crediticio y, en el caso de estudiantes, a menudo se solicita la solvencia de sus avalistas (normalmente los padres).
• Pago de la prima: El propietario (o en algunos casos, el inquilino) paga una prima anual, que suele oscilar entre el 3% y el 5% de la renta anual. Este coste varía según la aseguradora y las coberturas.
• Cobertura: Si el inquilino deja de pagar, la aseguradora se encarga de abonar las rentas impagadas al propietario, hasta un límite establecido en la póliza (normalmente 6 o 12 meses). También suelen cubrir los gastos de abogado y procurador en caso de desahucio.

Para un propietario, las ventajas son claras: ofrece una red de seguridad financiera y un respaldo legal que puede aliviar el estrés de gestionar posibles impagos. Sin embargo, también presenta desventajas: el coste de la prima, la burocracia en el proceso de reclamación y, lo más importante, las estrictas condiciones de solvencia que pueden dificultar el acceso a inquilinos que, aunque responsables, no cumplan con los umbrales de ingresos fijados por las aseguradoras.

El perfil del estudiante inquilino: ¿un riesgo real o un mito?

Existe la percepción generalizada de que los estudiantes son inquilinos de alto riesgo. Se les asocia con fiestas, daños en la propiedad y, en ocasiones, con una menor capacidad económica. Si bien es cierto que muchos estudiantes carecen de un historial laboral estable, esta generalización a menudo ignora la realidad de la mayoría:

• Apoyo familiar: La gran mayoría de los estudiantes universitarios y jóvenes profesionales cuentan con el apoyo económico de sus familias, que actúan como avalistas y garantizan el pago de la renta.
• Responsabilidad: Muchos estudiantes son jóvenes responsables y conscientes de la importancia de mantener un buen historial de alquiler, especialmente si planean seguir alquilando en el futuro.
• Necesidad de estabilidad: Los estudiantes, especialmente aquellos que se trasladan a una nueva ciudad, buscan estabilidad y un hogar donde puedan concentrarse en sus estudios o su carrera.
• Co-living: Al vivir en grupo, a menudo se reparten los gastos, lo que puede hacer que el alquiler sea más asequible y, por tanto, más fácil de mantener.

El verdadero